40. Narrativa Personal
En una startup con contrataciones competitivas, una sola Red Flag te puede poner abajo de otros candidatos que no tienen ninguna. Las consultoras sí buscan galletitas, porque necesitan venderlas en volumen y a cualquier cliente que aparezca. Bienvenidos a Tecnología Informal, un espacio para hablar de carrera, inversión, cultura, mercados y todo lo relacionado a trabajar en startups. Yo soy Gabriel Benmergui, un programador recruiter con más de diez años de experiencia viviendo y trabajando en Estados Unidos, y actualmente el fundador de Silver.dev, una agencia de talento en Buenos Aires que conecta a talento argentino con startups americanas. En el mercado de talento hay un skill menos preciado, el de storytelling, el de armar una narrativa para contar historias.
La capacidad de contar una historia sobre quién sos es una habilidad clave para pasar entrevistas, conseguir mejores posiciones de trabajo y navegar el mercado de talento con éxito. En el episodio de hoy vamos a hablar de por qué esto es importante y cómo pensarlo. La venta, la narrativa, la capacidad de contar historias, evocan muchas veces una reacción negativa por parte de programadores sobre el sanateo, la guitarreada y la venta de humo, es decir, de convencer al oyente de algo que no es y que sería mejor ser fáctico y directo para mantener autenticidad. Probemos esto con un ejemplo ficticio y traten de evaluar qué llama la atención. Soy un programador de Java semi senior en una consultora hace tres años.
Estoy buscando una oportunidad de senior para subir mi salario y seguir creciendo, buscando algo de cuarenta dólares la hora. Java es lo que más sé, pero me gustaría trabajar en no the rust con microservicios, aunque no hice nada de eso. Además, estoy aburrida en lo que hago y no me parece que estoy en un buen ambiente de trabajo, no me gusta cómo hacen las cosas. Mis tareas diarias son tickets que los decide un project manager, Yo le hago triage y voy resolviendo o escalando los equipos correspondientes. Estoy buscando tranquilo porque estoy cómodo en el trabajo.
Terminamos unos proyectos y tengo tiempo para terminar la facultad. Los entrevistadores en las entrevistas behavioral o the soft skills están buscando Red Flugs, señales que predicen problemas de capacidad, comportamiento o de buen fit para la cultura de la empresa. En ese párrafo que relaté encontré trece Red Flags. En una startup con contrataciones competitivas, una sola Red Flag te puede poner abajo de otros candidatos que no tienen ninguna. Además, la historia en su totalidad no emociona ni proyecta calidad.
¿Por qué? Además de problemas puntuales, hay varias razones por la que la historia que conté no es una buena narrativa. La primera es esta forma de presentarse uno mismo describiéndose con un precio y una tecnología en particular como perfil. Es una narrativa para no resaltar, para parecer una galletita más del paquete, y es típico de la cultura de trabajo argentina y de los escaños más bajos de la pirámide de programadores. Este proceso de ser un empleado reemplazable se llama comoditización, y mientras más reemplazable sos, más tu salario va a tender a un promedio inamovible, no podés cobrar más que la media.
Para evitar la comoditización, uno tiene que hacer hincapié en lo que lo hace único, en los problemas que sabe y puede resolver para una empresa, y en cómo los skills y la experiencia se vinculan con una oportunidad de una manera que te distingue de los demás. Te querés presentar más como si fueses un vino. Esta deficiencia de los programadores tiene mucho que ver con cómo las consultoras han impactado la cultura de trabajo argentina. Las consultoras sí buscan galletitas, porque necesitan venderlas en volumen y a cualquier cliente que aparezca. En la consultora, cualquier preferencia personal es una desventaja, porque puede implicar que no tenga fit con algunos clientes.
Las startups quieren ganar, quieren ser mejor que el resto, y para eso piensan en cómo armar el equipo con mucho más cuidado y diseño. Una mala contratación es mucho más cara en una startup que en una consultora, entonces, que vos tengas motivos personales para estar ahí suma mucho. Cuando uno cuenta su historia, es importante transmitir propósito, algo por arriba de escribir código por plata. Curiosidad técnica, ambición profesional, pasión por un producto, hay mil maneras de plantearse una carrera que exceda lo más elemental de una relación laboral, sino un aparenta un mercenario, y eso es indeseable. Un mercenario te va a abandonar rápidamente por un mejor postor, o no va a poder aguantarse los suvibajas emocionales de trabajar en la industria de la innovación.
Nada expresa ser mercenario mejor que hablar de cobrar por hora. Es como si en un mismo día estuvieses evaluando en qué vas a usar cada hora y vendérsela al mejor postor. En esta línea, un error común es hablar de las tecnologías que uno quiere aprender, a veces con la idea de dar una imagen de crecer profesionalmente. Pero lo que uno quiere aprender es parte de tu costo, es un pedido del candidato a la empresa para que lo entrenen, en lugar de querer aplicar conocimiento ya adquirido a favor de la empresa. Este error es muy grave, el candidato está diciendo lo contrario a lo que quiere transmitir.
Uno de los temas sensibles es encontrar trabajo con el worklife balance que uno quiere, pero no transmitir vagancia. Menciones como estar tranquilo o poder hacer otras cosas mientras hago este trabajo o contando las horas para el fin de semana son red flags, que se pueden percibir como falta de compromiso, ambición o cultura de trabajo. En la industria sí existen trabajos de cincuenta, sesenta, setenta horas semanales, pero son raros. A mí nunca me pasó que esos horarios sean requeridos. Presentarte como alguien que hable en contra de sus horarios de trabajo o los denuncia como tóxicos o hace alguna postura moral al respecto es razón de rechazo inmediato.
En SilverDeck nos enfocamos en conectar programadores argentinos con startups americanas, con salarios competitivos en dólares y potencial de carrera. Siempre podés ver cuáles son nuestras posiciones abiertas en silver punto dev barra jobs y aplicar. Una buena narrativa toma en consideración lo que escucha el oyente, no solo lo que uno quiere decir. Y acá llegamos a la clave de todo. Para contar buenas historias hay que aprender a escuchar.
Es típico que los candidatos hagan una presentación monológica sobre quiénes son y qué hicieron sin saber qué es lo que quiere escuchar el entrevistador. En una entrevista, contar una historia es hacer una venta, y para vender bien hay que saber qué se quiere comprar. Es común que los candidatos elijan un tema que explayar y se tomen cinco o diez minutos hablando de algo que no le interesa al entrevistador, perdiendo tiempo valioso y hasta haciendo la experiencia peor. Para evitar esto, lo más fácil es tener checkpoints, en puntos varios, preguntarle al entrevistador si es lo que quería saber o escuchar, dándole pie para guiarte. El entrevistador quiere que pases, está para ayudarte.
En las startups se hace mucho hincapié en la cultura de trabajo y los valores. Se dedican páginas enteras en los sitios web para explicar cómo guían sus decisiones. Mucho más se dice en las entrevistas con los reclutors o los hiring managers, donde tienen más profundidad y más subjetividad. En Opensea me pidieron resiliencia y conté mi paso por Circle Medical, donde la empresa casi quebró dos veces y la sacamos adelante. En RobiHome me pidieron iniciativa y conté cómo hice mis propios productos.
En TripleBite me pidieron empatía y hablé casi dos horas con el PM sobre carrera, entrevistas y coaching. La parte soft de las entrevistas se pasan cuando lográs entablar una comunicación bidireccional, cuando tenés una conversación genuina en la que ambos aprenden o descubren algo de la otra parte. Además del contenido, contar historias tiene técnica. Hay que contar historias concretas, con principio, fin y mensaje. Es importante tener claridad en el mensaje que uno quiere transmitir y tener un conjunto de historias a mano y frescas para cualquier entrevista.
Uno debería poder contar una historia en tres minutos y que dé suficiente material para que te hagan más preguntas sobre la historia o empezar una conversación. En el libro The cracking the Colding Interview, directamente hay una tablita para cubrir con historias a distintas preguntas típicas de reclutar. Algunas preguntas comunes son cómo lidiar con un problema, con un subordinado o un jefe, contame de un proyecto que salió mal o contame sobre algo que lideraste o construiste. Hay que utilizar la jerga de la industria y las palabras clave que ponen más contexto. Querés hablar sobre las cosas que hiciste vos, que lideraste y ejecutaste y eras responsable, no de cosas en las que participaste de manera pasiva.
Nada de Wii o de nosotros hicimos. No están entrevistando a tu equipo, te están entrevistando a vos. Querés presentarte con agency, el sentido de que podés hacer cambios, de que podés empujar adelante la incertidumbre. Historias donde te presentás como una víctima de un proceso de mal management, de decisiones técnicas ya hechas, de procesos o productos externos, te hacen ver más vulnerable y menos valioso. Acá juega mucho el dominio del idioma.
Como digo en el episodio dieciséis, comunicarse en inglés. Muchos programadores tienen mucha experiencia trabajando en inglés, pero no tienen la práctica de persuadir, vender y comunicar de manera compleja. El resultado es falta de elocuencia y sofisticación en las historias, lo que es un techo de cristal para oportunidades y crecimiento dentro y fuera de la empresa. Finalmente, la parte de las viejebral que más fallan los programadores argentinos es hablar de producto e industria. El trabajo de consultoría y la terciarización puso a los argentinos en áreas específicas de empresas donde tienen las tareas técnicas muy separadas del negocio.
Así, no desarrollan sentido de producto, evaluación de startups y entendimiento de las industrias. Después de todo, redacta en educación es lo mismo que redacta en finanzas, ¿no? Grave error. Hay tres cosas elementales que hay que saber de producto cuando uno entrevista o trabaja en una empresa. ¿Cómo es el producto?
¿Cómo es la subindustria del producto? ¿Y cómo es la industria de tecnología en su totalidad? Antes de una entrevista siempre hay que probar el producto, instalarlo, comprarlo, usarlo, evaluarlo. ¿Anda bien? ¿Qué desafíos técnicos y de producto tiene?
¿Es el mejor producto de su espacio? ¿Cuál es la competencia? ¿Cuál es el modelo de negocio? ¿Cuánta plata hace? Esta información no solo sirve para la entrevista, te sirve a vos para saber si querés entrar o no.
El éxito de tu carrera depende del éxito de la empresa en la que trabajes. La subindustria o el dominio de un producto puede ser salud, educación, finanzas, cripto, turismo. Es clave entender quiénes son los competidores en el espacio más amplio. ¿Le va bien al sector? ¿Se puede expandir la empresa vertical o horizontalmente?
¿Cuáles son los desafíos macro del sector? Si estás probando una industria nueva, podés empezar mirando cómo son las empresas más grandes y exitosas, y qué dicen sus fundadores y sus inversores sobre lo que están haciendo. Puedes evaluar cuáles son las nuevas empresas en el espacio para hacerte una ¿En qué serie está la empresa? ¿Quiénes invierten en esta empresa y en qué etapa del ¿En qué serie está la empresa? ¿Quiénes invierten en esta empresa y en qué etapa del producto está?
Incorporemos. Replanteemos el ejemplo ficticio del episodio con un nuevo spin. Trabajo hace tres años en fintech. Quiero aplicar mi expertise y liderar equipos, y mi conocimientos en operaciones y escalabilidad, que entiendo son los desafíos más grandes que tienen ustedes, ¿puede ser? Actualmente trabajo en un equipo junto con productos, diseño y customer support, y diseño las especificaciones técnicas y las implemento.
Decime si querés saber más detalles. Mi expertise principal es con Java, y tengo menos pero alguna experiencia en Rust de JavaScript. Y una pregunta, veo que la competencia está pisando los talones de esta empresa, ¿cómo se van a defender? Contar historias es más que solo tener elocuencia. Hay que investigar, hay que practicar y desarrollar empatía con la persona que te está escuchando.
Lo primordial es evitar dar señales negativas, las Red Flag, y luego lograr entablar una conversación auténtica con el entrevistador. Si les gustó el podcast, denle follow para saber de los nuevos episodios y síganme en Twitter con Konan Bath, con doble t.
En una startup con contrataciones competitivas, una sola Red Flag te puede poner abajo de otros candidatos que no tienen ninguna. Las consultoras sí buscan galletitas, porque necesitan venderlas en volumen y a cualquier cliente que aparezca. Bienvenidos a Tecnología Informal, un espacio para hablar de carrera, inversión, cultura, mercados y todo lo relacionado a trabajar en startups. Yo soy Gabriel Benmergui, un programador recruiter con más de diez años de experiencia viviendo y trabajando en Estados Unidos, y actualmente el fundador de Silver.dev, una agencia de talento en Buenos Aires que conecta a talento argentino con startups americanas. En el mercado de talento hay un skill menos preciado, el de storytelling, el de armar una narrativa para contar historias.
La capacidad de contar una historia sobre quién sos es una habilidad clave para pasar entrevistas, conseguir mejores posiciones de trabajo y navegar el mercado de talento con éxito. En el episodio de hoy vamos a hablar de por qué esto es importante y cómo pensarlo. La venta, la narrativa, la capacidad de contar historias, evocan muchas veces una reacción negativa por parte de programadores sobre el sanateo, la guitarreada y la venta de humo, es decir, de convencer al oyente de algo que no es y que sería mejor ser fáctico y directo para mantener autenticidad. Probemos esto con un ejemplo ficticio y traten de evaluar qué llama la atención. Soy un programador de Java semi senior en una consultora hace tres años.
Estoy buscando una oportunidad de senior para subir mi salario y seguir creciendo, buscando algo de cuarenta dólares la hora. Java es lo que más sé, pero me gustaría trabajar en no the rust con microservicios, aunque no hice nada de eso. Además, estoy aburrida en lo que hago y no me parece que estoy en un buen ambiente de trabajo, no me gusta cómo hacen las cosas. Mis tareas diarias son tickets que los decide un project manager, Yo le hago triage y voy resolviendo o escalando los equipos correspondientes. Estoy buscando tranquilo porque estoy cómodo en el trabajo.
Terminamos unos proyectos y tengo tiempo para terminar la facultad. Los entrevistadores en las entrevistas behavioral o the soft skills están buscando Red Flugs, señales que predicen problemas de capacidad, comportamiento o de buen fit para la cultura de la empresa. En ese párrafo que relaté encontré trece Red Flags. En una startup con contrataciones competitivas, una sola Red Flag te puede poner abajo de otros candidatos que no tienen ninguna. Además, la historia en su totalidad no emociona ni proyecta calidad.
¿Por qué? Además de problemas puntuales, hay varias razones por la que la historia que conté no es una buena narrativa. La primera es esta forma de presentarse uno mismo describiéndose con un precio y una tecnología en particular como perfil. Es una narrativa para no resaltar, para parecer una galletita más del paquete, y es típico de la cultura de trabajo argentina y de los escaños más bajos de la pirámide de programadores. Este proceso de ser un empleado reemplazable se llama comoditización, y mientras más reemplazable sos, más tu salario va a tender a un promedio inamovible, no podés cobrar más que la media.
Para evitar la comoditización, uno tiene que hacer hincapié en lo que lo hace único, en los problemas que sabe y puede resolver para una empresa, y en cómo los skills y la experiencia se vinculan con una oportunidad de una manera que te distingue de los demás. Te querés presentar más como si fueses un vino. Esta deficiencia de los programadores tiene mucho que ver con cómo las consultoras han impactado la cultura de trabajo argentina. Las consultoras sí buscan galletitas, porque necesitan venderlas en volumen y a cualquier cliente que aparezca. En la consultora, cualquier preferencia personal es una desventaja, porque puede implicar que no tenga fit con algunos clientes.
Las startups quieren ganar, quieren ser mejor que el resto, y para eso piensan en cómo armar el equipo con mucho más cuidado y diseño. Una mala contratación es mucho más cara en una startup que en una consultora, entonces, que vos tengas motivos personales para estar ahí suma mucho. Cuando uno cuenta su historia, es importante transmitir propósito, algo por arriba de escribir código por plata. Curiosidad técnica, ambición profesional, pasión por un producto, hay mil maneras de plantearse una carrera que exceda lo más elemental de una relación laboral, sino un aparenta un mercenario, y eso es indeseable. Un mercenario te va a abandonar rápidamente por un mejor postor, o no va a poder aguantarse los suvibajas emocionales de trabajar en la industria de la innovación.
Nada expresa ser mercenario mejor que hablar de cobrar por hora. Es como si en un mismo día estuvieses evaluando en qué vas a usar cada hora y vendérsela al mejor postor. En esta línea, un error común es hablar de las tecnologías que uno quiere aprender, a veces con la idea de dar una imagen de crecer profesionalmente. Pero lo que uno quiere aprender es parte de tu costo, es un pedido del candidato a la empresa para que lo entrenen, en lugar de querer aplicar conocimiento ya adquirido a favor de la empresa. Este error es muy grave, el candidato está diciendo lo contrario a lo que quiere transmitir.
Uno de los temas sensibles es encontrar trabajo con el worklife balance que uno quiere, pero no transmitir vagancia. Menciones como estar tranquilo o poder hacer otras cosas mientras hago este trabajo o contando las horas para el fin de semana son red flags, que se pueden percibir como falta de compromiso, ambición o cultura de trabajo. En la industria sí existen trabajos de cincuenta, sesenta, setenta horas semanales, pero son raros. A mí nunca me pasó que esos horarios sean requeridos. Presentarte como alguien que hable en contra de sus horarios de trabajo o los denuncia como tóxicos o hace alguna postura moral al respecto es razón de rechazo inmediato.
En SilverDeck nos enfocamos en conectar programadores argentinos con startups americanas, con salarios competitivos en dólares y potencial de carrera. Siempre podés ver cuáles son nuestras posiciones abiertas en silver punto dev barra jobs y aplicar. Una buena narrativa toma en consideración lo que escucha el oyente, no solo lo que uno quiere decir. Y acá llegamos a la clave de todo. Para contar buenas historias hay que aprender a escuchar.
Es típico que los candidatos hagan una presentación monológica sobre quiénes son y qué hicieron sin saber qué es lo que quiere escuchar el entrevistador. En una entrevista, contar una historia es hacer una venta, y para vender bien hay que saber qué se quiere comprar. Es común que los candidatos elijan un tema que explayar y se tomen cinco o diez minutos hablando de algo que no le interesa al entrevistador, perdiendo tiempo valioso y hasta haciendo la experiencia peor. Para evitar esto, lo más fácil es tener checkpoints, en puntos varios, preguntarle al entrevistador si es lo que quería saber o escuchar, dándole pie para guiarte. El entrevistador quiere que pases, está para ayudarte.
En las startups se hace mucho hincapié en la cultura de trabajo y los valores. Se dedican páginas enteras en los sitios web para explicar cómo guían sus decisiones. Mucho más se dice en las entrevistas con los reclutors o los hiring managers, donde tienen más profundidad y más subjetividad. En Opensea me pidieron resiliencia y conté mi paso por Circle Medical, donde la empresa casi quebró dos veces y la sacamos adelante. En RobiHome me pidieron iniciativa y conté cómo hice mis propios productos.
En TripleBite me pidieron empatía y hablé casi dos horas con el PM sobre carrera, entrevistas y coaching. La parte soft de las entrevistas se pasan cuando lográs entablar una comunicación bidireccional, cuando tenés una conversación genuina en la que ambos aprenden o descubren algo de la otra parte. Además del contenido, contar historias tiene técnica. Hay que contar historias concretas, con principio, fin y mensaje. Es importante tener claridad en el mensaje que uno quiere transmitir y tener un conjunto de historias a mano y frescas para cualquier entrevista.
Uno debería poder contar una historia en tres minutos y que dé suficiente material para que te hagan más preguntas sobre la historia o empezar una conversación. En el libro The cracking the Colding Interview, directamente hay una tablita para cubrir con historias a distintas preguntas típicas de reclutar. Algunas preguntas comunes son cómo lidiar con un problema, con un subordinado o un jefe, contame de un proyecto que salió mal o contame sobre algo que lideraste o construiste. Hay que utilizar la jerga de la industria y las palabras clave que ponen más contexto. Querés hablar sobre las cosas que hiciste vos, que lideraste y ejecutaste y eras responsable, no de cosas en las que participaste de manera pasiva.
Nada de Wii o de nosotros hicimos. No están entrevistando a tu equipo, te están entrevistando a vos. Querés presentarte con agency, el sentido de que podés hacer cambios, de que podés empujar adelante la incertidumbre. Historias donde te presentás como una víctima de un proceso de mal management, de decisiones técnicas ya hechas, de procesos o productos externos, te hacen ver más vulnerable y menos valioso. Acá juega mucho el dominio del idioma.
Como digo en el episodio dieciséis, comunicarse en inglés. Muchos programadores tienen mucha experiencia trabajando en inglés, pero no tienen la práctica de persuadir, vender y comunicar de manera compleja. El resultado es falta de elocuencia y sofisticación en las historias, lo que es un techo de cristal para oportunidades y crecimiento dentro y fuera de la empresa. Finalmente, la parte de las viejebral que más fallan los programadores argentinos es hablar de producto e industria. El trabajo de consultoría y la terciarización puso a los argentinos en áreas específicas de empresas donde tienen las tareas técnicas muy separadas del negocio.
Así, no desarrollan sentido de producto, evaluación de startups y entendimiento de las industrias. Después de todo, redacta en educación es lo mismo que redacta en finanzas, ¿no? Grave error. Hay tres cosas elementales que hay que saber de producto cuando uno entrevista o trabaja en una empresa. ¿Cómo es el producto?
¿Cómo es la subindustria del producto? ¿Y cómo es la industria de tecnología en su totalidad? Antes de una entrevista siempre hay que probar el producto, instalarlo, comprarlo, usarlo, evaluarlo. ¿Anda bien? ¿Qué desafíos técnicos y de producto tiene?
¿Es el mejor producto de su espacio? ¿Cuál es la competencia? ¿Cuál es el modelo de negocio? ¿Cuánta plata hace? Esta información no solo sirve para la entrevista, te sirve a vos para saber si querés entrar o no.
El éxito de tu carrera depende del éxito de la empresa en la que trabajes. La subindustria o el dominio de un producto puede ser salud, educación, finanzas, cripto, turismo. Es clave entender quiénes son los competidores en el espacio más amplio. ¿Le va bien al sector? ¿Se puede expandir la empresa vertical o horizontalmente?
¿Cuáles son los desafíos macro del sector? Si estás probando una industria nueva, podés empezar mirando cómo son las empresas más grandes y exitosas, y qué dicen sus fundadores y sus inversores sobre lo que están haciendo. Puedes evaluar cuáles son las nuevas empresas en el espacio para hacerte una ¿En qué serie está la empresa? ¿Quiénes invierten en esta empresa y en qué etapa del ¿En qué serie está la empresa? ¿Quiénes invierten en esta empresa y en qué etapa del producto está?
Incorporemos. Replanteemos el ejemplo ficticio del episodio con un nuevo spin. Trabajo hace tres años en fintech. Quiero aplicar mi expertise y liderar equipos, y mi conocimientos en operaciones y escalabilidad, que entiendo son los desafíos más grandes que tienen ustedes, ¿puede ser? Actualmente trabajo en un equipo junto con productos, diseño y customer support, y diseño las especificaciones técnicas y las implemento.
Decime si querés saber más detalles. Mi expertise principal es con Java, y tengo menos pero alguna experiencia en Rust de JavaScript. Y una pregunta, veo que la competencia está pisando los talones de esta empresa, ¿cómo se van a defender? Contar historias es más que solo tener elocuencia. Hay que investigar, hay que practicar y desarrollar empatía con la persona que te está escuchando.
Lo primordial es evitar dar señales negativas, las Red Flag, y luego lograr entablar una conversación auténtica con el entrevistador. Si les gustó el podcast, denle follow para saber de los nuevos episodios y síganme en Twitter con Konan Bath, con doble t.